Pueblos con encanto de Castilla y León,Pueblos con encanto de Salamanca

La Alberca, Salamanca, Castilla y León

La Alberca es uno de esos pueblos preciosos por los que parece que no ha pasado el tiempo, mantienen intactas sus tradiciones y se está quedando despoblado.
Está al sur de la provincia de Salamanca, en el norte de Sierra de Francia y a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, entre vegetación salvaje con bellos y frondosos bosques y zonas minerales en las que abunda la pizarra y la cuarcita.
Habitada desde tiempos prehistóricos, en los alrededores de la Alberca (también llamada Valdelaguna) están las cuevas de Cabras Pintas y hay muchos indicios que nos indican su origen francés.


Sus calles y sus casas son una muestra de conservación de estructuras antiquísimas, restos de intrincados laberintos propios de una medina o una judería. Las casas, de piedra y pizarra, siguen los patrones de la arquitectura popular, con vigas vistas de madera, un máximo de 3 pisos de altura y muchas de ellas con balcones. Tradicionalmente, en la planta baja se situaban las estancias para los animales, en la primera la cocina y el estar y en la segunda los dormitorios. Los desvanes superiores se utilizaban como secaderos de carnes, quesos y embutidos.


Una visita a la Alberca nos hará retroceder a un pasado lleno de costumbres y tradiciones hoy casi olvidadas. Sus calles -estrechas y empedradas-, plazas, rincones son un laberinto en el que perderse y descubrir rincones ocultos entre antiguas casas de piedra y balcones con plantas y flores y a pesar de su escasa población, el turismo forma una parte cada vez más importante de su economía.


En la Alberca se consevan muchas tradiciones ya desaparecidas: la moza de ánimas, el cerdo de San Antón, que es alimentado por la casa en cuya puerta pasa la noche para luego ser rifado entre los vecinos, el Diagosto y la Loa, dos fiestas casi olvidadas. La fiesta grande es la Virgen de Agosto, el 15 de Agosto, la Asunción de María, que se celebra por las calles del pueblo y todo el mundo participa desempeñando su papel como ángel o demonio, ataviados con trajes típicos y coloristas con adornos de oro y plata.

Marga G.-Chas Ocaña

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