El nacimiento, la vida y la prosperidad de Puente La Reina están profundamente ligado al Camino de Santiago, puesto que nació por y para la Vía Compostelana en el punto donde se cruzan el Camino de Roncesvalles y el de Somport.
Debe su nombre al magnífico puente que atraviesa el río Arga, uno de los ejemplos románicos más hermosos y señoriales de la ruta jacobea, que facilitaba el paso hacia Logroño. Es uno de los puentes medievales más importantes de Europa, de figura estilizada, 110 metros de longitud por 4 de ancho. Se sostiene sobre seis arcos de medio punto (solo se ven cinco, el sexto está enterrado), apoyados sobre pilares prismáticos. Se dice que lo mandó construir la reina Doña Mayor, esposa de Sancho Garcés III, el Mayor (rey de Navarra 1005-1035) para facilitar el paso de los peregrinos y que por ella tomó el nombre de Puente La Reina.
La localidad se fue desarrollando en torno al puente y es un magnífico ejemplo de pueblo- calle, con una vía principal, la calle Mayor, en la que se encuentran los edificios principales, y las iglesias más importantes, como la del Crucifico, Santiago y San Pedro; iglesias imponentes para una localidad tan pequeña, pero con un marcado sentido religioso y jacobeo.
La calle nos llevara a la Plaza Mayor, Plaza Julian Mena y «Casa de los Cubiertos» (siglo XVII), una de las más bellas de Navarra, centro de un intrincado nudo de calles de aspecto medieval, donde se encuentra el Ayuntamiento, con una hermosa galería porticada.
Es sólo un ejemplo, puesto que si seguimos la dirección del camino, desde Pamplona, de la que dista 24 kilómetros, hacia Logroño, en la comunidad de Aragón, prácticamente cada casa es un edificio histórico y muchos de ellos de carácter monumental: casonas palaciegas se encuentran con iglesias y conventos en un recorrido que, sin duda, es un paseo con encanto.
Marga G.-Chas Ocaña
