Si vemos un postal de un puerto pesquero típico asturiano, con sus casas escalonadas en una colina, mirando al mar, seguro que estamos viendo una fotografía de Cudillero «Cuideiru» en asturiano y podemeos decir sin equivocarnos que es uno de los pueblos mas bonitos de asturias .
Y es que la pesca es una de las actividades mas relevantes de Cudillero a lo largo de la historia, y su puerto uno de los centros neurálgicos del pueblo, que ha mantenido todo su encanto y sabor popular, que lo ha convertido en un importante atractivo turístico los meses de verano.
De su historia más antigua nos hablan tres castros prerrománicos, La Garita, La Cavona y Gurion. Su situación en el terreno limítrofe entre dos jurisdicciones, Oviedo y Pravia, lo divide y no es hasta el siglo XIII, cuando se funda la Puebla de Pravia, que Cudillero pasa a ser totalmente de su propiedad y a estar bajo el mandato feudal de la poderosa familia Omaña.
En la Edad Media y Moderna, Cudillero ya se considera el centro pesquero del Principado de Asturias. Su crecimiento se plasma en la construcción de edificaciones como la iglesia de San Pedro erigida por los propios habitantes. También se amplia el puerto y se levanta el castillo de San Juan para defenderse de las incursiones inglesas.
En el siglo XIX, Cudillero consigue la ansiada autonomía y en el XX la adjudicación de un nuevo puerto, consolidando así su importancia en el sector pesquero.
Para los amantes de la naturaleza Cudillero es un autentico paraíso por lo variado de sus ecosistemas. Parte de su costa esta declarada Paisaje Protegido y la Turbera de las Dueñas esta considerado Monumento Natural. En el interior afloran fértiles valles atravesados por varios ríos que han propiciado el desarrollo de la agricultura y ganadería y el sur esta cerrado por una zona montañosa con varios picos que superan los 700 metros de altitud.
En cuanto sus monumentos, hay varios de carácter religioso, La primera fue la mencionada Iglesia de San Pedro, construida por el propio pueblo, algo posterior es la Iglesia de San Martín de Luiña, gótica y barroca del siglo XVIII. La de mayor valor arquitectónico es la Iglesia de Santa Maria de Soto de Luiña, Monumento Histórico Artístico al igual que su Casa Rectoral, hoy en día restaurada y dedicada a Casa de Cultura y Museo.
Pero a quien le guste el Arte, no puede perderse una visita a La Quinta de Selgas del siglo XIX, actualmente abierta como museo y gestionada por la Fundación Selgas-Fagalde, un palacio de un gran valor arquitectónico, pero la riqueza esta en su interior con muebles de cuidad factura y una colección de arte que incluye obras de Goya, El Greco, Luís de Morales, Luca Giordano y Corrado Giaquinto, y varios modelos reducidos de Vicente Carducho para el ciclo pictórico de la Cartuja de El Paular de Madrid, Contiguo esta el Pabellón de los Tapices.
Como despedida recomendamos una visita al Faro del Cabo de Vidio-Oviñana para ver los impresionantes acantilados a la puesta del sol, uno de los paisajes del Cantábrico mas bellos que se pueden encontrar.
Fotografias de Cudillero
Marga G.-Chas Ocaña