Lo primero que llama la atención de Jorquera es su ubicación. Jorquera es un pueblo manchego, de la provincia de Albacete que se levanta orgulloso en lo alto de un cerro en forma de hoz y cortado a pico en escarpados barrancos, por cuyo fondo discurre el cauce del río Júcar. Pero en el momento que uno mira un poco más allá, o entra en el pueblo, se da cuenta de que hay mucho más por descubrir.
Jonquera es un pueblo con un importante pasado histórico en el que perduran restos de culturas perdidas: rodeada de murallas almohádes del siglo XIII, con una clara posición defensiva, cuenta con un castillo que perteneció a la taifa murciana y valenciana y del que cuentan que fue refugio del moro Lucef tras ser herido por el Cid Campeador.
Es una Villa Medieval que conserva su estructura y un gran número de edificios desde los restos de la antiquísima estructura defensiva, la muralla, el castillo, la Torre de Doña Blanca, la Casa del Corregidor, el Ayuntamiento, hasta la arquitectura religiosa de la Iglesia Parroquial Santa María de la Asunción, del siglo XVI o la ermita de Nuestra Señora de Cubas, que alberga venera la imagen de la Virgen de Cubas, la patrona de la localidad. Pasear por las calles y plazas de Jorquera, descubriendo sus rincones, es un auténtico placer.
Si además le sumamos un entorno natural ideal para las actividades al aire libre -senderismo, rutas a caballo, bicicleta de montaña, escalada y otras actividades similares- y el turismo rural, para el que cuenta con una amplia red de casas en la ribera del Júcar, podemos decir que Jorquera encarna el espíritu de un pueblo con encanto.
Justo en este momento, Jorquera se encuentra en plena celebración de sus fiestas patronales, en honor a la Virgen de Cubas, durante las que se celebra su famoso Alarde, recreación histórica de las luchas entre moros y cristianos y una espectacular romería con carrozas, procesiones y juegos populares, en la que se devuelve la Virgen a la ermita (se baja a la iglesia parroquial justo un mes antes).
Marga G.-Chas Ocaña