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Qué ver en Pastrana, la villa de la princesa de Éboli

Cela llamó a Pastrana una «instantánea del tiempo pasado». Pese a su pequeña población, Pastrana posee un gran patrimonio, el municipio fue declarado Conjunto Histórico – Artístico en 1966 por la abundancia y riqueza de sus monumentos.

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Cómo llegar a Pastrana

La opción más rápida es ir en coche desde Madrid, hora y cuarto por la CM2003. La villa ducal es una escapada ideal para un fin de semana de turismo rural entre la naturaleza y la historia.

Calles de Pastrana, La Alcarria

 

El Palacio Ducal de Pastrana

Su enorme y maciza estructura de piedra se contempla desde la gran plaza de la Hora. Un palacio renacentista, de planta cuadrada con cuatro torres en cada esquina. En la fachada principal aún se puede leer el nombre de sus primeros dueños y señores: De Mendoza y De La Cerda. La pequeña ciudad medieval de Pastrana se desarrolló a la sombra del palacio, construido por el arquitecto Alonso de Covarrubias para la residencia de Doña Ana de la Cerda, noble Grande de España que había comprado la villa en 1541. . Más conocida como la Princesa de Éboli. 

Fachada del Palacio Ducal, qué ver en Pastrana, Guadalajara

La visita al Palacio Ducal es en sí ya justifica una visita a Pastrana. En sus habitaciones, pasillos y escaleras todavía se siente la presencia de la princesa, quien fue prisionera en su propia casa  Torre del Levante. Aparte de los exquisitos zócalos mudéjares, también se conservan los artesonados de estilo plateresco diseñados por Alonso de Covarrubias. Sin duda este monumento no deja de sorprendernos.

Techo del Palacio Ducal, qué ver en Pastrana, la villa de la princesa de Éboli

El fin de doña Ana de Mendoza fue bastante triste, a pesar de todo lo que tenía, su vida se apagó siendo presa en su propio palacio.

La Plaza de la Hora desde el Palacio Ducal

Torre de Levante, Palacio Ducal, qué ver en Pastrana

La Colegiata de Pastrana: Museo Parroquial de Tapices.

Después el Palacio Ducal, el segundo lugar más importante para ver en Pastrana es la sala capitular de la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción. Hablamos, nada menos, que de la serie de tapices gótico – flamencos más importante del mundo de finales del siglo XV. Telas históricas de gran tamaño que narran la conquista de las plazas del norte de África por las tropas de Alfonso V de Portugal: Assilah, Tánger o Larache.

Detalle de los tapices de Pastrana

Además de esta colección de tapices, la Colegiata, en su museo, alberga tallas y pinturas renacentistas y barrocas de autores como Juan de Borgoña y Juan Carreño de Miranda.

Museo Parroquial, qué ver en Pastrana

Entrada a la iglesia de La Colegiata de Pastrana

Callejeando por Pastrana

La mejor forma de descubrir esta localidad es paseando por sus calles de empedrado antiguo, respirando su historia. Pasamos por debajo del Arco de San Francisco, restos de la muralla medieval que la protegía, y sus laberintos.

Restos de Muralla medieval, qué ver en Pastrana

Pasadizo de Pastrana, La Alcarria

Es increíble la forma en que se mantienen intactas, como hace cientos de años. La casa donde Leandro Fernández de Moratín escribió alguna de sus más famosas obras de teatro, sigue en pie. También la Casa del Dean, un palacio de la residencia del prior de La Colegiata;  y La Fuente de los Cuatro Caños es todo símbolo de la localidad, se trata de una gran fuente señorial de la misma época que la princesa de Éboli.

Fuente de los Cuatro Caños en Pastrana

La villa está repleta de mansiones y casas solariegas de nobles menores e hidalgos que servían a los Mendoza. La Casa del Caballero Calatravo o el Palacio de Burgos, que aún conserva su escudo de armas sobre el portón. En la calle de La Palma percibimos el rastro de la presencia de la Santa Inquisición cuando encontramos la casa marcada por una cruz, una palma y una espada, símbolo de haber sido sede de la mano negra de la Iglesia en la persecución de brujas.

Casa de la Inquisición, qué ver en Pastrana, La Alcarria

La Casa del Caballero Calatravo

Palacio de Burgos en Pastrana

Los Conventos de Santa Teresa

Las huellas de Santa Teresa en Pastrana han sido permanentes, además del convento de San José (ocupado por las monjas franciscanas tras las desavenencias con la princesa) fundó el convento del Carmen donde años después estuvo San Juan de la Cruz como maestro de novicios.

Conventos de Pastrana, Guadalajara

Albaicín de Pastrana

La historia cuenta que se produjo en 15570 la entrega de manos de don Juan de Austria al duque de Pastrana de doscientas familias de moriscos expatriados de las Alpujarras tras las revueltas. Los moriscos se instalaron en las afueras de Pastrana, y crearon un barrio con nombre granadino: Albaicín.

 

Sin duda alguna, Pastrana es una villa en la que realmente merece la pena hacer una parada, si quieres conocer más a fondo la historia de la princesa, no esperes más para visitar este pueblo con encanto de Guadalajara.