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Qué ver en Molina de Aragón
En la provincia de Guadalajara se halla uno de los pueblos más hermosos y medievales de Castilla, Molina de Aragón. Este lugar recoge historias de moros y cristianos, de señores y princesas. En esta localidad de sangre castellana y apellido aragonés vivirás una escapada inolvidable, a continuación, te mostramos lo que no te puedes perder en Molina de Aragón.
El castillo-fortaleza de Molina de Aragón
Se trata del castillo más majestuoso e impresionante de Guadalajara, su imagen hace que miles de visitantes amantes de lo medieval acudan a su reclamo. El antiguo alcázar andalusí fue renovado por completo después de la victoria de Alfonso I El Batallador y la proclamación del Señorío de Molina. Siendo agrandado. Actualmente quedan seis torres y el acceso a la fortaleza se hace por la puerta del reloj, a la que se llega subiendo desde la Plaza de San Pedro.
La visita al castillo se puede hacer guiada (5 euros) o por cuenta propia (3 euros).
La Iglesia de Santa Clara
En el casco antiguo se encuentra uno de los templos más bonitos que puedes visitar en Molina de Aragón. Dejando ver algún coletazo románico, cuenta con muros de sillería de piedra rojiza y una nave de un único tramo, con presbiterio recto y ábside semicircular.
Comunicada con el convento de Santa Clara tiene su acceso principal en una destacada portada abierta en el lateral de la iglesia tras subir por unas escaleras.
Monasterio de San Francisco – Museo de Molina de Aragón
El monasterio se fundó finales del siglo XIII por Blanca Alfonso de Molina a extramuros de la ciudad señorial. Tras la desamortización de Mendizábal, en el XIX, perdió su función original y el edificio pasó a ser de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, quienes lo reconvirtieron hospital para pobres. La iglesia, de estilo gótico posee una veleta con un arcángel, al que se le conoce como el Giraldo de Molina y que es un auténtico símbolo para los vecinos de la localidad.
Actualmente, una parte del monasterio franciscano se utiliza como museo comarcal de Molina de Aragón, que reúne distintos elementos como, fósiles, insectos, animales disecados, restos arqueológicos y una exhibición de la evolución humana. Es un museo muy entretenido y ayuda a conocer el entorno natural, geológico e histórico de la zona. El precio de la entrada es de dos euros.
El Puente Viejo
Por este puente de estilo románico los vecinos y visitantes cruzan el río Gallo, afluente del Tajo. Construido en piedra arenisca rojiza y formado por tres ojos, se encarga de comunicar la ciudad vieja con el Monasterio de San Francisco.
Palacios
Durante el largo periodo de gloria por el que pasó Molina de Aragón, el municipio acogió a numerosas familias nobiliarias que construyeron buenos palacios y residencias dignas de su estatus. De ahí que Molina sea uno de los municipios castellanos que cuenta con mayor número de palacetes. De pronto aparecen el Palacio de los Molina, el de los Montesoro, Arias, Garcés de Marcilla, Marqués de Villel y compañía. El palacio del Virrey de Manila, Don Fernando de Valdés y Tamón, es uno de los más destacados.
Un paseo por sus calles
Como no puede seer de otra manera, la esencia de un pueblo como Molina de Aragón se descubre perdiéndose por sus calles estrechas y de casas antiguas con entramados de madera. Paseando por esa judería vieja que se abraza con las antiguas murallas. Sin olvidarnos de la morería, donde encontramos un gran número de casas típicas molinesas. Tanto de día como de noche, es un verdadero placer contemplar esta localidad a pie.
Gastronomía
Una de las recetas típicas que nos enamoró fue la morcilla molinesa; pero, no dejes de probar platos tan ricos como el morteruelo, los torreznos y las buenas carnes que se sirven en los asadores y restaurantes de la localidad. Y por supuesto, el cordero asado en horno de leña y a la caldereta de cabrito. Un 10.
Hasta aquí nuestro recorrido por Molina de Aragón, espero que te encante como a nosotros, ¡buen viaje!