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Qué ver en Belmonte
Muchos conocen Belmonte por su castillo, pero este pueblo es mucho más que eso. Este lugar le permite a todo el que lo visita hacer un viaje en el tiempo, concretamente al siglo XV. Quédate para conocer por qué Belmonte es considerado uno de los pueblos más bonitos de Castilla La Mancha.
Belmonte es el destino perfecto para escapar de la rutina, y aunque se puede visitar en un día desde ciudades como Cuenca, Madrid o Toledo, no está de más quedarse a dormir y aprovechar la estancia lo mayor posible.
Castillo gótico-mudéjar
No cabe duda que la estrella de la localidad es su característico castillo de estilo gótico-mudéjar, mantenido durante siglos en el cerro de San Cristóbal. Una planta completa del castillo está dedicada a la época medieval. Más arriba son los dominios del siglo XIX que nos llevan a otra de sus moradoras nobles, la Emperatriz Eugenia de Montijo. Muchos de los muebles y obras de arte expuestos no formaron parte nunca del castillo y fueron traídos tras la reapertura al público tras una larga restauración en 2010.
Los horarios del castillo varían en función de las fechas de visita:
- Del 10 de enero al 28 de febrero: de martes a viernes por las mañanas de 11:00h a 14:00h y tardes cerrado. Sábado y domingo de 10:00h a 14:00h tardes de 15:30h a 18:30h.
- Del 1 de marzo al 28 de abril: todos los días de 10:00h a 14:00h y tardes de 16:00h a 19:00h .
- Del 29 de abril al 14 de septiembre: todos los días de 10:00h a 14:00h y de 16:30h a 20:30h.
- Del 15 de septiembre al 31 de diciembre: todos los días de 10:00h a 14:00h y de 15:30h a 18:30h.
El precio de la entrada general es de 9 euros, y 5 euros para niños de 5 a 12 años.
Colegiata de San Bartolomé
La Colegiata es del siglo XV, Don Juan Pacheco la mandó construir sobre los restos de un templo visigodo junto al Palacio del Infante, desde ella se contemplan unas vistas privilegiadas al castillo. Cuenta con los sepulcros en alabastro de los padres y abuelos de Juan Pacheco y, por supuesto, un fabuloso coro historiado en madera de Hanequín de Bruselas y Egas Cueman. Son muchas las razones por las que entrar a la Colegiata de San Bartolomé se ha convertido en uno de los imprescindibles de Belmonte.
Palacio del Infante Don Juan Manuel
El antiguo alcázar del siglo XIV mandado construir por el infante Don Juan Manuel fue el lugar de nacimiento de Juan Pacheco. Hoy en día el alcázar es un hotel de cuatro estrellas, Palacio del Infante Don Juan Manuel Hotel Spa. Si lo de quedarte a dormir no está en tus planes, te recomiendo que vayas a su restaurante a probar sus deliciosos platos, ¡te encantará!
Muralla medieval y puertas más emblemáticas
Después de la reconquista se construyó una muralla para proteger la ciudad, algo que continuó en tiempos del Infante Don Juan Manuel concluyendo con la construcción del castillo de los Pacheco, ya metidos en el siglo XV. La muralla que bordeaba la ciudad contaba con cinco puertas que se abrían y se cerraban cada día; actualmente, tres de ellas continúan utilizándose como acceso a la villa:
- La Puerta de la Estrella: hace referencia a la existencia de una judería fuera de la muralla a la que eran obligados a vivir a los judíos. Sobre la misma se encuentra una estatua de “la Virgen de la Estrella”.
- La Puerta del Almudí: junto al viejo pósito, es donde estuvo situada la picota o rollo, guarda un Cristo relativamente reciente (mediados del s. XX).
- La Puerta de Chinchilla: la más monumental de todas, por ella entrarían los Reyes Católicos en 1488 cuando se dirigían al castillo.
Callejea por su casco antiguo
Pasear por las callejuelas del casco histórico y descubrir los secretos que guarda esta localidad, hará que disfrutes de una armonía urbana que cada vez se hace más complicado encontrar hoy día. Te animo a buscar la casa natal de uno de los hijos más ilustres de la villa, Fray Luis de León, relativamente cerca de la Colegiata. También las ruinas del Hospital de San Andrés que mandara construir para los pobres a principios del siglo XV Juan Fernández Pacheco; o la hermosa plaza que antes era uno de los patios del convento de los jesuitas, sin olvidarnos del convento de los Trinitarios en la calle Lucas Parra. Aunque te aseguro que lo mejor es perderse y disfrutar en su laberinto de casas encaladas.
Casa Bellomonte
En el número 20 de la calle Lucas Parra encontramos una casa por la que parece que no ha pasado el tiempo. En la Casa Bellomonte se ha recreado con todo detalle una casa real de la época del siglo XV a través de muebles y objetos que se utilizaban en los tiempos en los que Juan Pacheco mandó construir su majestuoso castillo. La cocina, la armería, el telar o las habitaciones son parte de la visita, aunque lo mejor está en la pasión que le ponen los “dueños de la casa” para enseñar cómo era su vida al final de la Edad Media, que es donde te transportan sin que te des apenas cuenta. Es una actividad muy divertida que merece mucho la pena.
Esperamos volver muy pronto a Belmonte para disfrutar de nuevo de cada una de las maravillas que nos ofrece, ¿y tú, te animas a conocerlo?